Uno se fue porque quiso
En un mal día llegábamos a ser cuarenta. Si era viernes y había tocada, se duplicaba o triplicaba el número. Teníamos entre catorce y ventitantos años. Si bien no todos eran amigos de todos, cada uno conocía bien al resto, aunque fuera por oídas. Había un código estricto de no consumir drogas ni alcohol en la plaza, porque no estábamos dispuestos a cedérsela así como así a la policía. Por lo demás, nos gustaba el alcohol, nos gustaba la mariguana, nos gustaban las patinetas y el grunge y el metal, nos gustaba la música de protesta y los huipiles, nos gustaban los malabares y el reggae, nos gustaban la literatura y las revistas porno, nos gustaban los museos y el grafitti, nos gustaba la vida, nos gustaba mucho, mucho la vida.
1 comment:
Al final estaban los que estaban cuando eran quienes eran...
Post a Comment